martes, 20 de marzo de 2012


Destruyen el mural de Llort ¿era realmente arte?

Este pasado (incluir fecha) el famoso mural conocido como “la toallona” fue destruido. El mural que fue creado en 1997 con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II representaba en voz del autor y como su verdadero nombre reza “la armonía de mi pueblo”.
En lo personal no me agradaba la obra de Llort sin embargo era mi punto de vista e independientemente de si me gustaba la obra del autor o no, tenía que ser respetado como patrimonio cultural, la acción cometida por la jerarquía de la iglesia católica salvadoreña nada más es un botón de la prepotencia y de la falta de ética de una institución conocida por sus embates en contra del arte y las ciencias.
Por otro lado la actitud del gobierno ha sido también lamentable. Una actitud de incredulidad culposa y sacándose de la manga una carta en la que se declaraba que el mural estaba oportunamente a punto de convertirse en bien cultural protegido.
Esa reacción creo que habría sido tomada por un insulto mejor en lugar de tratar de convencernos que el estado está vigilante con los bienes culturales de todos y de todas.
La iglesia se escuda aludiendo dos historias. Primero, aludiendo deterioro “irreparable” del mural y que por el “bien” de los feligreses decidieron removerlo… ¡mentira! La empresa de ingenieros y arquitectos demostraron que las piezas eran reemplazables y el pegamento usado era prácticamente indeteriorable. ¿Cómo respondió la iglesia? Silencio completo…
La segunda historia fue que removieron el mural debido a que este contenía simbología “masónica” si se basaran en ese criterio para remover obras potencialmente peligrosas para la feligresía tendrían que remover el 80% de las obras localizadas en iglesias y monasterios, he observado varias veces el mural Armonía de mi pueblo… podría ser interpretado más como simbolismo de nahuizalco… pero eso es parte de nuestra idiosincrasia al fin de cuentas.
Es una lástima que se haya destruido una obra, independientemente nos guste o no todos deberíamos habernos pronunciado ya que una expresión artística es algo digno de respeto, y si nos dejamos de las aberraciones de la iglesia seguiremos subyugados a las disposiciones totalitarias de una institución que aplasta nuestra moral una y otra vez.

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